No sé si se puede llamar histeriqueo, indiferencia o madurez. La cosa es que Fito Paez manda a su hijo al mismo colegio que van mis hijos, mirá vos. Lo había visto un par de veces nomás, pero esta semana se ve que tenía tiempo y fue a la salida al menos dos días. Un padre más en la puerta. Nadie le dice nada, ni lo miran ni le hablan, al menos de frente. Pero obvio, varios somos conscientes de que está ahí. Eso me llevó a recordar los tiempos en que me iba al laboratorio de electrofisiología (yo estaba en el de biología celular) allá en el Clemente Estable, a mirar los experimentos de Alberto, que inyectaba los ansiolíticos (que había diseñado mi jefe) a sus peces eléctricos cargados de electrodos. Allá pasábamos horas encerrados en el sucucho de las peceras, con Fito de fondo, en la época de ¨mariposa technicolor¨. Casualidades de la química, la sigla del compuesto era ALEPH. Me acerco y se lo cuento? naaaah.
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Decìle que tenès un amigo que lo conoce de la època de "Irreal" (el primer conjunto donde tocò en Rosario) y que el amigo sigue pensando que es un pelotudo atropellado por la suerte.
ResponderEliminarY decìle : ese "amigo" es el "Licenciado".
(andà, andà, seguro que quedàs bien!)
Saludos!!!
jaja!!!!! será cierto??
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