miércoles, 31 de marzo de 2010

sin ánimo de hacer las valijas


Si hay un fin de semana largo y pesado en el año, es el de SEmana Santa. Por supuesto, porque no es una SEMANA entera de vacaciones, sino cuatro frenéticos días donde todo sale el doble y hay demasiadas personas por metro cuadrado. Entonces, desde hace años en esta jóven familia practicamos el mini-mini turismo: así hemos recorrido el abanico de pueblos que están a menos de 160 km de Buenos Aires... Pero este año, con la excusa de no gastar mucho y divertirnos, todo en uno, al marido se le ha plantado que nos vayamos a casa de mi madrina en el lejano interior uruguayo donde tenemos que atravesar 500 km y un puente fronterizo atestado de gente, para llegar a amucharnos en una casa ( o dos) llena de parientes, en su mayoría ajenos, con probabilidad de lluvias para el sabado y probabilidad de que mi pichón mas grande termine igual de tirado frente a le tele que si estuviéramos en casa. Y entonces tiemblo. Tiré algunas cosas sobre la cama y ya a trazo grueso tengo para llenar una valija. y seguro me faltan varias rondas de buscar y buscar toooodoooo lo que necesito... qué hago? vuelvo a guardar todo en el ropero y mañana nos vamos a temaiken??

Apagón entre LOST y FLASHFORWARD! noooooo




Eran apenas las 9 y dos minutos, ya tenía dos pequeños listos en la cama, y el más chiquito revoloteando en el sillón pero con la mamadera en la mano, estábamos en el ¨previously on LOST¨ cuando puffpshs! todo oscuro. niños gritando, grandes buscando velas, fósforos. Será posible que siempre pasa algo cuando dan el único programa que quiero ver en la televisión???? bueno, ahora también me estoy enganchando con flashforward...
Eso sí, el dormitorio iluminado con velas le dio un toque valicero que supimos aprovechar... no estuvo tan mal el apagón, al final

martes, 30 de marzo de 2010

Les dije que...?

Volví de las vacaciones a encarar el calor mortal de Buenos Aires, el asfalto pegado a los zapatos, el auto al sol que parecía un horno incinerador. Y sucedió, una vez más (si, ya me había pasado). Mi jefe me mandó llamar para contarme lo mal que estaba la fundación, que no tenían más fondos, que bueno, que yo era la última que había entrado, y por ende era la primera en irme. Ironías. Así que me fui de vuelta a mi casa después de media jornada laboral. Me esperaban niños contentos chapoteando en la piscina. Llegué, me saqué todo, me puse el bikini, y al agua! Así transcurrió febrero: agua, cloro, sol, calor, sudor, niños mirando tele, niños llorando, niños invitados, helados caseros (de palito, hechos con jugo de naranja), muchos bizcochuelos (de caja pero horneados en casa!), mamás de visita.
Y de laburo: Pocas entrevistas de trabajo (una hasta ahora), pocos anuncios en el diario, un par de mails de que si, que quizás me llamen. Algunos currículum entregados en mano en un par de sitios interesantes (porque están cerca del colegio de los nenes, o cerca del club...)
Después vinieron las lluvias de fin de febrero, el agua de la pileta más fría. Empezaron las clases, los cuadernos de notitas que manda la maestra. Correr contra reloj todas las mañanas, todas las tardes. Luchar con el tránsito empantanado. El más chiquito empezó el jardín de infantes. Me pasé un par de semanas sentada en una sillita para un culo de cuatro años, esperando afuera, que el nene se calmara mientras me preguntaba si no era mejor dejarlo en casa. Y marzo se nos está terminando: llega Semana Santa. Nostalgia porque en Uruguay es feriado toda la semana. La ciudad allí queda vacía. Acá no. Nunca queda vacío Buenos Aires, y encima las carreteras colapsan a la ida, a la vuelta del feriado.
Parece que no tenemos planes vacacioneros, más que comer, limpiar, comer, limpiar. Veremos qué tal.

lunes, 29 de marzo de 2010

Doce años después

Ya no son diez años como dice Calamaro. Hace doce años que me recibí, ese gran momento en el que me sentí completamente realizada, con trabajo, novio y país nuevos a mis pies. La ola me duró unos cuatro años hasta que me dio vuelta y me revolcó bastante por la arena. Me dejó arena hasta en el ort. Bastante machucada, me levanté cojeando y así quedé. Renga de día...