lunes, 28 de mayo de 2012

Escapadita psicodélica




No, no me fumé nada. Sólo anduve paseando un rato con el smartphone por Colonia del Sacramento, domingo tempranito, antes de tomar el Buquebus.
 Tá bueno, eh

martes, 22 de mayo de 2012

domingo, 20 de mayo de 2012

Sueltitos de sábado a la noche


Habrá sido el efecto de la vista panorámica desde el apart, pero esta mañana antes de volver de Mar del Plata, esto fue lo que me dijo Agustín:
-mamá, sabés, mi osito se murió! (te juro que anda con su peluche, Pedrito, para todos lados)
y yo, que parece no sé manejar las respuestas sobre la muerte, le contesté,
-no me digas!  no será que está dormido?

Ahora ya estamos en casa otra vez, y como siempre, parece que nada existió, sólo las valijitas llenas de ropa sucia delatan que nos fuimos y volvimos...
y para cerrar, después de cenar le pregunté (a Agus, obvio),
-tenés más hambre o no?
-no mamá! tengo... no-hambre!

claro, y después me pregunto por qué lo tengo a Guille con ese ataque de celos y haciéndose el bebe a sus nueve años cada  vez que puede. La competencia es feroz, y los dos chiquitos son una delicia i rre sis ti ble!... Mientras tanto, la noche de sábado se fue en mirar una peli vieja con un ojo, con el otro leer a Houllebeq (después charlamos de ese tema!!), y con la nariz olfatear cada lío que estaban metiendo los nenes, cuando salían de mi campo visual. FUn fun fun!


miércoles, 16 de mayo de 2012

Mi primer Mar del Plata

La vista, desde el dormitorio del Apart, directo al Cementerio! te la debo porque blogger no me está dejando, nuestra primera sorpresa en La Felíz- no estudié el mapa-  no se preocupen compatriotas que no cambiamos el paisito y las benditas playas de Rocha por nada en este mundo, sólo estamos experimentando nuevas sensaciones




lunes, 14 de mayo de 2012

Reproches


Mientras Guille me abraza y me dice: te quiero, mamá,
Agus lo incepa: por qué vos los querés a mamá y papá si yo los quiero??
Mi pichón que ya no es el más chiquito,  cumple cuatro y queda poco de esto, a disfrutarlo ahora

jueves, 10 de mayo de 2012

23:53

Es la hora en la que acaba de empezar el silencio en la casa. Si me acuesto, cuánto ruido hará el barullo que tengo en mi cabeza, despertará a algún pichón?
El hombre de la casa está de bussiness trip, otra vez. Yo, apechugando (y mirá que me quedó poca después de tanto amamantar, me cachoendié). Y te parece que justo ahora me suba el volúmen de los cuestionamientos existenciales? a ver si doy con el botón de MUTE de mi cabeza. Aay, si lo hubiera encontrado unos años atrás...

sábado, 5 de mayo de 2012

flash de noticias

Creo que esta semana batí el récord de tiempo sin actualizar este blog. Lástima. Unos días por feriados y otros por demasiado ocupados, ah, y tres libros en danza, no me dejaron un rincón libre de tiempo o de imaginación. Pero además, cuando pensaba en qué podía escribir, sólo me venía a la mente un asunto oscuro. Sí, incluso  tuve insomnio una noche. En las reuniones de mi trabajo (gente de varias empresas distintas) hay una chica (chica de mi edad, o menos?) de estas demasiado perfecta, serena y discreta pero firme y eficiente, flaca pero alta, morocha de pelo muy lacio, Tiene mi edad y es ´vicepresidente, presidente en ejercicio´, como me contestó cuando una vez le consulté si ella era apoderada de su empresa. También es celíaca, así que hasta le conozco uno de esos secretos duros que todos llevamos dentro. Pero esta semana me enteré además, que tiene cinco hijos y que sale a correr todas las mañanas (o algo así), y fue como demasiado. No tengo registro de envidiar a la gente muy seguido o muy definidamente, pero creo que esa indignación con bronca que me enturbió la autoestima, debe haber sido eso, envidia.  Ahí te dejo mi foto.


martes, 1 de mayo de 2012

adentro!

Si, ayer lo logramos. Bué, nos ayudó que mi suegra se iba en buquebus a las 4 de la tarde, así que la dejamos de paso (a las 3.22) y seguimos a las corridas hasta el cinemark de puerto madero, y además el Hado nos tuvo consideración. Justo en el último minuto, consiguieron entradas. Esta vez, para no cortar la siesta de Mateo (que vos sabés lo que cuesta después remontar una siesta mal dormida), yo me quedé leyendo en el auto hasta confirmar por sms que habían entrado al cine. Leyendo bajo la autopista (san juan y huergo es). Si, creéme. Fue solo un ratito, después de un ringtone del celular, Mateo se despertó y ahí arranqué las maniobras de maña y fuerza: bajarcochecito-ponercampera-cargarniño-engancharniño-cerrarauto. Muchas calorías producidas y adentro de mi campera super abrigada ya hacían unos 39ºC. Al fin logré llegar al viento frío de Puerto Madero, paseando el niño en cochecito mientras los otros veían la peli con el papá. Parada obligada para hacer pis (cuatro hijos me descuajeringaron la vejiga, el estómago, la cintura y las articulaciones de las manos, entre tantas otras cosas).  Aproveché un Starbucks y ahí nos instalamos (después de toda la maniobra inversa de desarmar cochecito-abrigo-bolso) en un sillón entre una pareja sin hijos y un estudiante universitario que mitad leía y mitad dormitaba en su sillón.  Yo me armé un miniliving entre medio de ellos con un par de silloncitos robados a cada uno. En uno lo puse a Mateo, le armé la mema con la SancorBebe3, viendo de cotelete a la chica que me miraba, yo pensando qué cómoda está ella, pero segura de que ella pensaba, quiero uno como ese. Algo le comentó al novio (marido?) sobre otra chica y la leche Sancor. Ya estaba en la etapa en la que todo lo que hablan las mujeres-mamás a su alrededor le es sumamente significativo y toma nota. Me acuerdo de esa época.   Volviendo a mí, logré leer unas hojitas más, habrán sido 5 ò 10 minutos (entre una mema y una Tita), un tiempo irrisiorio para cualquier lector asiduo, pero para mí y en esas circunstancias, lo considero aceptable. Después salimos otra vez, cuando Mateo ya empezaba a tocar todos los vasos de las mesas. Otra vez activar el mecanismo camperas-cochecito-maniobrasdesalida-altaproducccióndecalor. Y después, ya sabés, de a poquito la cosa se puso pesada, bajás al nene del cochecito y ahí es la debacle. Ni te digo, esperar en la puerta del cine a la salida del resto de la tribu. Mateo limpiando alfombras y veredas con su camperita roja. Pero no estuvo tan mal. Terminamos sentados en los bancos frente al dique de puerto madero, todos comiendo el pop que no tuvieron tiempo de comprar a la entrada del cine. Yo no, todavía estaba contenta con mi caramel macchiato.