jueves, 27 de diciembre de 2018

cerrando el año


Para no perder la costumbre de quejarme fui al psi en mi visita anual, pero he tenido tantas novedades este año que le mandé un mail para contarle por adelantado algunas cosas así me daba el tiempo de hablar más. Sospecho que no lo leyó, me dijo ¨prefiero que me lo cuente usted¨. Al final daba igual si lo leyó o no. De los logros le pude resumir en ¨la startup no da plata pero salí en el diario¨.
Este año mi hijo de 16 se fue de intercambio a Europa seis semanas, mi hijo de 11 pasa a secundaria, de pronto estoy dando la vuelta a la esquina de la juventud,  ya llegó todo, ya está llegando. El proyecto nuevo puede terminar bien o mal, pero los hitos que logré me dejan contenta. Estoy tan gastada que ya ni siquiera se me agranda el ego, me lo crean o no, da igual, es así. Ya perdí la euforia que me generaban antes los sucesos. Fui al psi a preguntarle, eso es bueno o malo? no estoy deprimida, entonces? me cambiaron las hormonas? por qué no exploto de alegría? lo bueno es que no me estoy juzgando, ni siquiera si me puse nerviosa o se me borraron las palabras en un auditorio para 900 personas.  Vamos a ver cómo sigue esto, pero en 2018  tuve una nueva oportunidad, cuando ya no me parecía posible.