miércoles, 29 de febrero de 2012

Observaciones del primer día de clases

Me faltó decir, del jardín maternal. Porque los grandes empiezan mañana, y ya no hay tanta sorpresa. Pero Agustín entró a sala de 4 años, con Silvia, que tuvo a mis otros dos hijos antes. O sea, ya de ahí soy la madre veterana. Pero en este colegio hay una alta frecuencia de madres grandes con primeros hijos por lo que en general la edad no es un issue para mí. PERO este año siento que la relación de edad con la mayoría de las madres y padres que me crucé, es un poco mayor. Es como cuando veía a los chiquitos entrar en secundaria, después en la facultad, y así.
Aún así, todo bien, y te digo, hay varias de mi edad que andan por su primer o segundo niño en el jardín. Me invitaron a sentarme en una mesa de la cantina y ahí me fui, pero entonces la charla que sobrevino fueron los problemas para adaptación a la sala de 2 años. Yo todavía tengo mis recuerdos y opiniones muy nítidos de esa etapa con los niños. Pero sin embargo ya no los considero problema.  Ah, y todavía me queda uno por pasar.  Pero ese post será el de marzo del 2013.
Ufff, toco madera.

martes, 28 de febrero de 2012

Bajando estándares

Son las 10 pm: la cena está completa, aunque los niños comieron fideos y no tocaron casi el churrasco, herejía carísima. La casa está bastante organizada porque esta tardecita vino Juana, que me ayuda algunas horas de vez en cuando pero parece que a partir de la semana que viene manda a su bebe a Peru para trabajar cama adentro, y creo la voy a contratar (qué tema, pero para otro día).
En cualquier momento empiezo el largo camino a la cama. Es un poco más tarde que lo recomendable para la noche antes del primer día de clases, pero es mejor que nada. Y considerá que el hombre de la casa está de joda, digo de viaje, en una feria super cool en europa, llena de gadgets electrónicos (y promotoras en mallas apretadas como acá? suponemos que también).
Buá, estamos bien.  Llora uno por ahí, voooooooooy

lunes, 27 de febrero de 2012

tengo este chiste en la cabeza

-Cómo se dice "boomerang que no regresa" en australiano?
-palo

está en un CD de Luis Pescetti  que está en el auto y lo he escuchado  miles de veces pero todavía me hace gracia

y otro:

- El capitán dijo "abordar el barco!"
y el barco quedó precioso

Felíz lunes feriado

domingo, 26 de febrero de 2012

boomerang

Estamos terminando de girar arriba del boomerang de las vacaciones rumbo a otro año de clases. Tengo el firme propósito de arrancar el ordenamiento de la hora de dormir empezando... el martes de mañana?? los míos arrancan miércoles (el chiquito) y jueves (los grandes). Otra vez todo. Si lo pienso así, caigo en la depre. uf

sábado, 25 de febrero de 2012

Una de las tres (gracias)


Me estaba duchando y por algún juego de la luz de mi baño, al mirarme de las tetas hacia abajo me vino a la mente este cuadro. Te juro que tengo bastantes carnes menos que ellas, pero mi pancita se  empieza a parecer a la de las muchachas. No sé si considerarme una obra de arte o una flaca con panza: eSto ya es cualquiera. Menos mal que es viernes!

jueves, 23 de febrero de 2012

Cosas que se me dan mejor a los 40

Vos sabés que yo odiaba, pero odiaba los corpiños con aro, pero ahora me encantan. Y mi pelo, siempre fue un problema la raya al costado, me quedaba como aplastada, pero me llevó sólo cuatro décadas convencerme de que lo que tengo que hacer es dejar secar el pelo para el otro lado, un ratito nomás, y así queda más gordito (cual Miss Venezuela, como diría una amiga de otros tiempos).  No me hubiera pintado las uñas de rojo ni loca, diez años atrás. Y ahora voy por la vida contenta con mis manos de manicura (si no, me como todos los dedos, eso no ha cambiado). Hay más cosas pero justo ahora no me las acuerdo, el llanto de un bebé me está distrayendo.
Estás pensando si el sexo es mejor a los 40?  otro día te cuento!

martes, 14 de febrero de 2012

Noche de valentines

Eran alrededor de las 6 de la tarde cuando mi marido llamó desde la oficina
-ché, no querés salir a cenar esta noche?
antes de contestar tuve un fluir de pensamientos (qué tierno, pero está en bavia como siempre, no tenemos empleada!)
-ay, me encantaría, pero no arreglé con Fulana (la empleada que puede venir a veces de nochecita pero no tiene onda con los nenes...), y si vamos con todos?
-si, si vamos con todos...
ahí lo interrumpí como de costumbre
-todos los nenes? si te parece...
-no!, yo decía de salir a cenar con el peruano y el colombiano
me dijo él (gente del laburo que están por estas latitudes)
-ah! no, dejá, andá vos de San Valentín con los muchachos, no vuelvas tarde!

Así que acá estoy (frente al ventilador)  con todos mis Valentines chiquitos

viernes, 10 de febrero de 2012

Una noche con Selena Gomez



Chicas, madres que no han pasado aún por la experiencia de llevar a sus niños a un concierto en un estadio con algún ídolo pop del momento, así fue mi experiencia anoche:
Después de semanas de insistir (Guille) y de olvidarme (yo), casi a último momento compramos entradas para el recital en GEBA.  Si, esto de Selena Gomez es más bien un fenómeno de chicas,  lo cual me deja meditando sobre ...? pero no, no es el tema.  A su mejor amiguito por supuesto que también se le antojó ir, y allá nos encontramos con su mamá, el chico en cuestión y otra compañera del colegio, mucho más bajita que ellos dos.  Yo me esperaba las quejas por la cantidad de gente, el calor, el apretuje (llegamos casi sobre la hora), pero no, el problema fundamental (todos los demás ya no lo eran), resultó ser la cantidad de adultos muy altos, parados con sus niñas en los hombros, que tapaban completamente la vista aún al final del final del campo. Costumbres argentinas podría decir yo pero no me voy a meter en la boca del lobo. Pensé que alguien con un micrófono iba a pedir que se sienten, pero ni mu. Con lo cual, empezó el recital y aquello era la nada, luces rojas en la noche y muchos culos en nuestras caras. En el medio, a la mamá del nene se le ocurrió coimear a la señora que custodiaba la entrada a la platea, una gorda con pinta de guardiana del museo de Praga (otro día te cuento). Así que fuimos y vinimos un par de veces, del fondo del campo al sucucho de la entrada, esperando que la gorda nos dejara pasar. Yo estaba muy incómoda con la situación, pero no lo podía dejar afuera a Guille.
La gorda nos decía
-esperen un rato!
y los nenes seguían ahí plantaditos, esperando, y a mí se me retorcía el estómago con ganas de pegarle una piña.  A todo esto, cual si fuéramos a cruzar el muro de Berlín, nos dijo
-pasan ustedes! los otros esperan un rato
señalando a la otra mamá, la que le había dado la coima, obvio. Así que le dije a Guille, vámonos, venimos después.   Y ahí, por esos milagros del caos y el azar ( y de mis ojos operados!), en plena oscuridad, cuando volvíamos para el fondo del campo, descubrí que había como unos escalones abajo de la platea, que estaban custodiados pero con mucho lugar libre, le hice señas al guardia y con una sonrisa nos hizo el gesto de que pasáramos. En un minuto estábamos encaramados a los escalones, nuestras cabezas llegaban casi a los pies de la platea, genial. Yo sabía que Guille estaba angustiado porque se había separado de sus amigos, y ahí de verdad que superamos las expectativas de la noche. Mi vista supersónica (!) detectó de la nada, viniendo al mismo lugar que nosotros, a mi amiga Su, y su hija Sol, amiga de Guille, a quienes yo imaginaba amuchadas a metros del escenario porque su plan era llegar a hacer la cola a las 5 de la tarde (pero no). Gran alivio y júbilo, exclamaciones de sorpresa porque ni de pedo contábamos con esa casualidad. A partir de ahí me volvió el alma al cuerpo,  y pudimos seguir bailando al ritmo pop de radio Disney. La distancia, la que se ve en la foto, nada mal.  Entonces me pude dedicar a las observaciones antropológicas con más soltura, y me conmovió ver que de los trenes que pasaban por el costado de la cancha (super cerca y cada cinco minutos), algunos aminoraban la marcha. Me imaginaba a los pasajeros festejando, gente que venía de laburar y quizás varias adolescentes o niñas que mirarían pensando en mil cosas a la vez. Calculaba las distintas sensibilidades de los motorman según la velocidad a la que pasaban por ahí. Ah, y Selena en el medio, con esas piernas y esos vestidos de princesa sexy, y las canciones te juro, pero te juro que se la bancan. Amo el rock pero me dejo hacer por el pop. Las canciones ya me las conozco porque Guille tiene los CD (adiviná quién le compró uno... porque él me lo pidió!).  Y además, si todavía no te convence, escuchala cantando oh it´s Magic y te va a gustar. Casi como si estuvieras en los 70´s.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Libros del futuro

Cada vez que repito la frase cansadora
-salí de la computadora,  andá afuera a jugar!
a mi hijo de nueve años,  a pesar de que estoy convencida de que necesita moverse, me da un cierto escozor anacrónico en el fondo de la consciencia, porque sé cuánto me gusta a mí estar en el ciber mundo, blá blá, si,  haciendo cosas más interesantes que los jueguitos de facebook a los que juega él. Pero de fondo, todos conocemos la maravillosa atracción de internet, cada uno a su nivel de intereses. Y entonces me imagino en un par de décadas, cuando empiecen a aparecer libros (bueno, o e-books o lo que sea que se haya desarrollado para ese momento) escritos por la generación de psicólogos que habrá crecido jugando a Mundo Gaturro, Club Penguin y Social Empires, explicando los beneficios para el desarrollo cognitivo, acusando a los padres de generaciones anteriores, por no haber entendido a sus hijos, por haber sido tan ignorantes y no haberse dejado subyugar por esos mundos virtuales que tanto amaban sus hijos. Y los hijos de la era virtual serán como todos, habrá proactivos, habrá pachorros, estudiarán, tendrán hijos, trabajarán, y  habrá quedado demostrado que las horas que pasaron sentados jugando en sus computadoras no representaban un peligro para su desarrollo físico
 (Y si no, miralo a Mark Zuckerberg).
Bueno, preveo eso y también playas con gente vestida entera en trajes de lycra anti UV, eso sin contar cuando me da la onda negra  y me asusta tanto el mundo en el que vivirán mis hijos y sus hijos. Uf, hoy me levanté revirada

jueves, 2 de febrero de 2012

La mujer del cosmonauta (II)

ESta semana ha estado pesadita, no sólo por la lluvia y la humedad de febrero, sino porque mi marido se fue de viaje de trabajo. La parte más pesada  de estar sola con todos es la noche, la cena, y lograr que se duerman ellos sin dormirme yo en el intento.
Una de estas noche, n medio de todo el despelote de la cena, cortando carne para tres niños a la vez,  imaginate esta imágen familiar: notebook sobre la mesa de comer, casi en el lugar de la fuente de las milanesas, Skype prendido, padre de familia en la pantalla, y el bebe de un año que se empieza a parar en la sillita de comer en medio de la comida (o antes).  Así que el papá aporta comentarios desde su oficina en Perú:
-Mateo, sentado, sentado!
No hace falta decir que si el niño no hace caso cuando le hablan en vivo y en directo, no funciona mucho mejor desde una pantallita. Y yo además lo tenía que entretener al hombre con conversación sobre lo que hicimos durante el día.  Ah, la tecnología.