viernes, 19 de noviembre de 2010

Buscando razones

Una o dos veces por mes llega el momento en que la idea se me cruza por la cabeza: no valdrá la pena divorciarnos?
Entonces aparecen (todavía) las razones por las que no vale la pena tanto lío. Antes, sin embargo, necesito explicar cuál fue el disparador de esta vuelta: viernes de mañana, el hombre que no se despierta, con justificación- anoche, raro raro, cuando el chiquito se despertó (en realidad, yo le había hecho una mema, y volvió a nuestra cama al rato, tipo 3 de la mañana), el hombre se levantó y se fue a su cuarto, y cayó dormido en colchoncito d 1.30m hasta las 7, hora en que sonó el despertador. Okay.
Yo me hice cargo de los otros dos, los llevé al colegio temprano y me llevé mi mochilita para ir a nadar (también temprano), cosa d poder hacer mandados luego. Vi que eran las 9 y no llamaba, entré a la pileta, nadé, salí, me bañé. A las 10 menos 10, había una llamada perdida. Si, estaban los dos en casa todavía, esperando que yo llegue. ESPERANDO QUE YO LLEGUE A LLEVAR AL NENE AL JARDIN A 2 CUADRAS Y AL MARIDO AL TREN A 7 CUADRAS. Es razonable tanta pavada?

Y esta semana, mientras estaba de viaje, todos fueron temprano a sus colegios, jardines y demás, pero llega él y ya es el despelote. Entonces, pa qué carajo lo necesito al lado, es la obvia cuestión que me planteo. A ver, enumeremos
-si, viví mucha soledad en mi vida. Es mejor la vida de familia
-no creo que sea mejor bancar el loquero de los 3 (4!!) yo sola, aunque podría comprarme un apto a dos cuadras del colegio, ja
-No me banco vivir yo sola con el síndrome de down de Marcos. Siempre lo pongo como un miedo, aunque ya no sé si es real o no.
-Buá, al fin y al cabo, no es tan horrible la vida juntos. Cogemos bien todavía.

Pero de verdad, el manejo diferente del tiempo que tenemos los dos, es algo que llega al límite de lo que puedo tolerar.
Y él no lo entiende. Y lo peor, no va a cambiar.

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