lunes, 27 de diciembre de 2010

En el sauna


Agus me pide ¨sentate¨ mientras le traigo la mema a la cama. Es sinónimo de ¨quedate conmigo¨. En la penumbra, con la mac a upa, y el ventilador apuntando para su camita ( y yo sin gota de aire), internet me distrae casi lo suficiente como para poder mantenerme impávida en el sauna del dormitorio de mis hijos que tuvo todo el sol del oeste en esta tarde infernal. Bueno, casi. Las gotas me chorrean por la frente, el cuello. Me sale el calor por los párpados. Me estoy derritiendo en serio.
Al fin se durmió. Me voy al fondo a respirar aire fresco

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