Ya hace unas semanas que estaba entrando en pánico cada vez que miraba hacia abajo y en lugar de ver mis pies me cruzaba con la barriga que me estaba saliendo en punta. Si, la sospecha podía ser obvia pero por otra parte, también le he estado dando al pancito, al lemoncello, y muy poco al body combat. Total que esta semana decidí volver al club a como diera lugar, bicicleta, máquina esa que parece para esquiar, abdominales. Panes con mermeladas comidos con culpas. Ni noticias de que me bajara la barriga, ni de que me viniera el período. Pero esta mañana, mientras compraba en el Carrefour, sentí algo levemente desagradable, un segundo. No llegó a náusea pero andaba cerca. La cosa es que mientras pensaba en eso me puse en una caja sin notar cuál era. De pronto escuché al cajero que les decía a los de adelante:
-Disculpen pero esta caja tiene prioridad, dejen pasar a la chica.
-Eh? ah si, gracias!
No me dio para decir, miren, no sé si estoy embarazada o gorda. Aproveché y pasé la compra lo más rápido que pude. Tan desconcentrada que tenía la bolsa reciclable y no la usé. Salí decidida a comprarme un Evatest. Una parada intermedia en el cajero, pasada por casa, dejé las compras, me fui a buscar a Luqui (Agus en la versión seudo real). Cuando llegué a casa dudaba de si hacía tres horas que no iba al baño, má si, yo lo intento. En un minuto estaban ahí las dos rayas. Todavía no me parece muy real aunque ya saqué la cuenta de que cualquier viajecito a Europa nos saldría un mínimo de 10000USD, cagamos!
Pero el mayor problema en este momento es el de siempre. No tomé ácido fólico, no fue planeado, Bueno, no muy planeado. Por alguna razón no me daba pánico quedar embarazada otra vez. Estoy loca o perdida del todo. Sobre todo si pienso en lo que grito cada noche a la hora de la cena, cada mañana a la hora del desayuno...
Okay, me gané una nueva punción, y con suerte un nuevo parto. Puta, y la fecha probable viene para fin de enero. Me voy a morir de calor en febrrrerooo sin poder meterme al agua. Bué, el que quiere celeste que el cueste. Esperemos que todo salga bien. Que no es poco