jueves, 13 de mayo de 2010

Llegando al estado zen

Hoy de mañana las musas de la buena onda vinieron a desayunar con nosotros. Yo me desperté solita, pensando minucias pendientes para el día de hoy, una media hora antes del despertador. Me levante´a bañarme bastante rápido. Cuando salí de la ducha, Andrés y Guille ya estaban mirando tele. Le abrí la puerta a Rosa (como si fuera el perro, qué vamos a hacer, su casita está afuera de la reja!). G. se levantó bastante bien, solito, de buen humor, sin necesidad de que le tirara cubitos de hielo entre las sabanas. y hasta Agus abrió los ojos y ya tenía una sonrisa enorme en la cara. Hicimos todas las tareas presalida sin demasiado estrés, sin gritos, llevé niño al jardín, otros al cole, marido arrimado al tren, volví a La Lucila, y llegué a mi clase de italiano a una hora bastante decente, tarde pero lo mejor que podría haber logrado.
La profe es una veteranaza, que fuera de la clase sería casi una viejita simpática, pero al mando desde el pizarrón, despierta admiración. Ya sé que no voy a ser como ella a esa edad. Daré la onda de vieja al pedo? es la gran duda. Como ahora. Dejo por acá antes de arruinar la bella mañana

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