YA lo dije, somos como la pareja de la publicidad del Banco Galicia, buscando nieve en temporada super baja. Pero tanto esfuerzo dio sus frutos y hoy pudimos subir al Cerro Catedral y nos encontramos con algunos metros cuadrados que alcanzaron para varias guerras de bolas heladas, culopatin de un par de metros en descenso, y manos bien congeladas.
El chiquitín nos dio una tregua de llanto en el auto. Mi capacidad de soportar gritos sin parar durante horas se vio casi colmada ayer subiendo al Tronador, entre los vómitos de uno, los mareos de otro y los rezongos de otro más. Si, hoy que logramos nuestro objetivo ya puedo largarme nuevamente con mis pensamientos secretos. No puedo ignorar , mochi, el despelote que acarreamos a donde sea que vayamos. Frío o calor, playa o montaña, es agotador meterse lo que sea, protector o mucha ropa, cinturones de seguridad, mochilas llenas de cosas de recambio, de por las dudas, que explotan de llenas y nunca tengo a mano cuando las necesito. Bosques, montañas, lagos, ríos, y nosotros gritando y rezongando como siempre. Y esta noche, acordate Guille para cuando sepas comer, tu papá hizo una trucha espectacular con ajo limón y tu mamá hizo espinacas (congeladas obvio) a la bechamel. Y vos comiste patas de pollo fritas mirando mi pobre angelito`. En este apart caribeño ( por el calor que hace) nos sentimo como en casa. He lavado de todo, a mano, en la bañera y con el jabón en barra como en las mejores épocas de mochilera. Tantos veranos en Valizas, sin luz ni agua potable y en medio del pantano, me dieron un entrenamiento sin igual. Hoy soy una burguesa con memoria. Salú con cerveza artesanal. Y no sigo más porque creo que estoy perdiendo el hilo. Otro día te cuento de los sueños tan locos que tuve estos días.
Hace 14 horas
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