En estos tiempos en que vivo entre teta y teta, -no me hice lesbiana, estoy amamantando-, además de que nos miramos de reojo, él desde el pecho, yo entre que miro a uno, a otro, o al horizonte mientras planifico desde la comida hasta el futuro de japón, la cosa no termina hasta que lo paseo un buen rato, lo sacudo para acá y para allá, hasta que escucho el sonido del éxito completo: el provechito. Según mi marido en eso consiste mi felicidad hoy en día. Pero como siempre, los hombres simplifican los hechos, demasiado. Se le pierde que si el bebe hace provecho, va a dormir mejor. Y el mío duerme toda la noche! bueno, a veces. Pero yo siempre espero lo mejor. En cuestiones de sueño nunca dejé de ser optimista
Hace 1 día
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