lunes, 10 de junio de 2013

el amiguito insoportable del nene, y de paso, mi historia


Todas pasamos por esa edad en la que teníamos amiguitas medio fallutas, o fui solo yo? Puede que de ahí venga mi problema con el gordito agrandado, amigo de Guille. En mi caso, cuando yo era chica, esta nena en cuestión era una de las vivitas de la clase, tenía toda la cancha, yo era tímida y nueva en una escuela más de mi vida, sexto año de primaria en Montevideo. Ella se llamaba Sandra, tenía dientes de conejo, un pelo horrible, finito y amorfo con rulos cortos. Yo tenía un look medio geek, pelo largo pero sin gracia, ropa nada cool. Muy alta y flaca.  Sandra pasaba la tarde sola en su apartamento porque la mamá trabajaba y era viuda, yo vivía a dos cuadras y por lo tanto era la compañía ideal. Yo vivía con mis abuelos y lo mejor que me podía pasar era estar fuera de mi casa. Así que nos pasábamos las tardes juntas, y todo era perfecto, nos moríamos de risa. Pero apenas estábamos en el mundo exterior, con otra gente, ella cambiaba y no me trataba igual, sino como a la amiga tímida y sin onda. Ella se sentía (o actuaba como) una diosa, a mí me hacía ver que yo era horrible con mis piernas largas y flacas, pero ella tenía celulitis con trece años! Se entiende? esto duró un par de años, hasta que... me cambié de colegio otra vez! pero esa es otra historia. Cómo es que cada vez que quiero hablar de mis hijos empiezo hablando de mí? diossss. Entonces, esto me recuerda la vez en que yo volví a Montevideo luego de pasar dos meses en España donde vivía mi madre (en un lugar lindo pero nada histórico), y a esta nena, Sandra, le habían saltado los cables de la envidia, y cuando me vio llegar lo primero que me dijo fue:
-sabés que me voy a Europa?
-si?! cuándo?
-el año que viene, compramos un viaje en cuotas! (estábamos en Marzo y ella habría jodido tanto a la madre durante todo el verano, eso  se podía ver clarito)

Ese fue el principio del fin de mi amistad con Sandra, ahí hice el click de que algo no servía. Pero yo tenía catorce años, o quince quizás. En cambio Guille tiene diez años y  no sé si hará un click (y no es porque sea la mamá pero es divino, grandote, rubio, de ojos azules, onda justin bieber antes de que se tarara), y su amiguito me recuerda a  esta nena:
 Todo el tiempo habla con tono sobrador,  señalando lo que él tiene, conoce, ha visitado, sabe (sobre todo de marcas, es un compendio del consumismo), pero no sólo eso, sino que lo desafía a Guille con preguntas del tipo ¨a qué no sabés lo que es...?¨. Hace unos días estaban en casa, él y otro amiguito que potencia la situación de celos y competencia entre los tres, y atravesaron el límite de mi paciencia. Le preguntaron a Guille
-sabés lo que es ¨Victoria´s Secrets¨?
-si, un desfile de modas! respondió Guille todo naive, y los otros dos, con vocecita de mina atónita se miraban y decían,
-no lo sabe!! no sabe lo que eeeeeesss!!!!!

Ahí no me pude contener y entré yo en acción, y les dije,
-chicos, Guille no sabe lo que es Victoria´s Secret porque yo no compro esa marca, la única vez que la compré fue hace veinte años cuando viví en Estados Unidos
Con eso dejé asentado, además, que no estoy al nivel económico de sus mamás, tanto peor, mayor es la cara de asco con la que me mira el gordito desde entonces. De la mamá tengo varias anécdotas que me voy guardando para destilarlas cuando necesite catarsis (más?).
 La pregunta que me hago, que le hago al viento, hay que intervenir para elegir amigos de los hijos, o sólo laissez faire?? es obvio que aunque no me guste el amigo, si lo quiero alejar, cual amor imposible, lo único que voy a lograr es ponerme en contra a Guille. Sólo queda esperar que el nenito se vuelva tal yegua que lo harte a él solito. Pero me temo que para eso falta mucho

3 comentarios:

  1. Creo que viví como la semilla de lo que te está pasando a vos, el otro día...

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  2. Ay amiga, mucha calma (y un poco de careteo), es la única ecuación para no derrapar...

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  3. Mi trayectoria como madre es mucho más corta que la tuya (digamos que mi hija tiene seis, y si vos sumas la edad de los tuyos... mejor no hacer la cuenta!)
    Sin embargo, me atrevo a la siguiente reflexion: a MC la mandamos a un cole que, dicho mal y pronto, es muy cheto. Mis primos habían ido a ese colegio así que en el entorno en general es bien conocido, y el cole tambien así que en general la gente lo ubica. Cuando comentabamos nuestra decisión de mandarla a ese colegio el comentario general era "es que uno puede pagar la cuota, pero estar al nivel de las otras familias..."
    Yo no niego que hay algunos extremos, pero en general esto tiene mucho de prejuicio. Me cansé de comprobar que en muchos casos hay gente que tiene mucho e igualmente a sus hijos los cria en forma bastante sencilla. Por otro lado, la mayoría de los que menos tienen (nadie se muere de hambre, claro, digamos en esa población) son los que más ostentan, y ya a los seis (y aún antes) ya te das cuenta cómo miden todo en función del dinero, de la tecnología, de las marcas. Y esto pasa en todos lados porque lamentablemente estamos en una sociedad donde los chicos están pasando terribles carencias afectivas.
    Bueno, todo lo que venía diciendo no soluciona el tema que hagan sentir mal a tu hijo, que te hagan sentir mal a vos porque lo que quiere tu hijo choca con los valores en los que intentas educarlo. Creo que a corto plazo no la hay. Ojalá que solito se de cuenta pronto de todo esto. Pero en algun momento va a entender que el otro lo necesita más a él porque es tan chiquito (de mente) que necesita de otro para creersela, que lo que tu hijo puede necesitar al amigo por lo que tiene o le brinda.
    Muchas veces aparece un tercer amiguito (en este caso, nada en discordia!)
    Bueh, espero el proximo capitulo!

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intentalo que podés!