jueves, 8 de diciembre de 2011
Otra huída precipitada
Una de la mañana, la casa otra vez llena de valijitas, gorros, protectores solares en fila, documentos sobre la mesa. Nos vamos en otro éxodo oriental, pero vamos a cruzar el Ayuí al revés. Todo sea por no ver al nene enganchado en la computadora todo el santo feriado. Nos ponemos en movimiento una vez más. Y el bebe que todavía sigue llorando a esta hora. El problema de los preparativos de viaje es siempre el mismo: termino demasiado tarde a la noche, tengo que arrancar de vuelta demasiado temprano. Pero en una semana serán vacaciones completas. No sé si eso es mejor o peor
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