lunes, 9 de abril de 2012

otra vez guiso


es como un ritual, el hombre de la casa se va y yo le encargo a V que me haga una olla de cazuela de lentejas, con la cual no preocuparme al menos por dos días sobre qué comeré. Es la menor preocupación cuando me toca otra semana con el hombre de viaje, dos reuniones de trabajo a la noche esta semana, y para qué te voy a seguir contando. Pero eso si, lunes después de las vacaciones estábamos en la puerta del colegio antes de que abrieran para los de jardín maternal! Y sospecho que vamos a llegar temprano toda la semana porque el ritmo es otro cuando ÉL no está.  Es casi un misterio religioso pero es así, todo funciona más smooth. Ya están todos los críos en la cama hace rato, yo con el piyama puesto y a punto de embocarle al sánguche de sabanas. Cielos, menos es más?

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