domingo, 4 de julio de 2010
Sunday bloody sunday
Aprontando niños para salir a almorzar, la heladera está pelada y tengo a mi suegro quedándose en mi casa cual guardería, que cuando se despierta de su sueño de casi e día entero, come como ballena que salió de la huelga de hambre. Busquemos un tenedor libre, por dios. Más tarde viene otra tía de visita, de Montevideo, obviously, pero como es más chic voy a pedir sushi que me encanta. Todo a la misma hora de bañar niños y prepararles otra cena porque claramente el sushi no es opción. Mañana, empleada nueva, otra vez, otra tía que viene a instalarse para ayudar, y pinchazo en la panza. Otra vez, otra vez sopa. Semana corta que se me va a hacer larga. Mi suegro tiene para una semana más en casa, help.
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