sábado, 20 de agosto de 2011
EL libro que no escribiré
Fui al cumpleaños de 3 años del hijo de una amiga uruguaya que se vino a vivir acá con su segundo marido, argentino, después de años en yankilandia. Allá se había casado con un yanki con el que tiene tan buena relación que su actual mujer le guarda las revistas ¨Parenting¨ (la ¨ser padres¨ americana?) y se las da cuando ella va allá por laburo. Y no sé cómo, terminé yo con una pilita de esas revistas en mi auto. Por chusmear me puse a mirar los artículos. Cuando estaba embarazada por primera vez, leí libros, compré revistas, todo. Ahora ya leo sólo para corroborar experiencias. Y para aprender lo que no aprenderé más. Si escribiera un libro no sería una guía de las cosas que he aprendido y hago bien, sino de las macanas que sigo y sigo repitiendo hasta el cansancio y hasta el cuarto hijo (en otro post te las cuento). Siempre me admiran y también me dan un poco de envidia esos artículos de revistas de minas que dicen que le hicieron un castillo de tortilla de espinaca con soldados de zanahoria y el nene se los comió chocho. Será verdad?
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