miércoles, 10 de agosto de 2011
Como con una capa de algo que no me puedo limpiar
ASí me quedé. Mi hijo estaba en casa de un amiguito. El papá lo estaba yendo a buscar en tren desde el centro, yo pedí un remis para que los espere en la puerta. Le expliqué todo a la empleada de la casa del amigo. El remis llegó y lo mandaron solo. Lío de idas y vueltas. Ya está. No pasó nada. Pero la bronca no se me pasa. El que menos se preocupó fue Guille. Yo todavía me siento como con un manto de algo viscoso encima, la sensación del error irrecuperable, como una transfusión contaminada, algo que una vez hecha no se puede recuperar.
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¿llegó bien? Todo bien. Es varón, su memoria es a corto plazo. No va a quedar traumado de por vida
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