Empezó febrero y en lo que va del año ya nos robaron la casa en vacaciones, sacaron la reja, se llevaron una caja con plata y unas joyas que eran de mi abuela, sospechas de empleadas, etc. Y el auto se me quedó roto en uruguay, lo esperé un día y justo cuando me subí al ómnibus con los cuatro hijos, me llama el hombre del taller para decirme ¨está listo¨. Así viene este año, bastante gastado para el primer mes. La última semana de vacaciones fue de campamento gitano en un largo viaje de vuelta en etapas de visitas reuniones y trámites. Y ahora la desazón descansada de estar en casa y esperar otro año de incertidumbre. Me desperté con la certeza de que me estoy secando.
Mis problemas y mis planes son los de siempre, eso al fin y al cabo no es tan malo. Que no haya problemas nuevos. Por ahora.
Estoy leyendo ¨La esposa joven¨ de Alessandro Baricco y es tan hermosa y poética que todo lo que dice duele, creo que tanta literatura bella me dejó revueltas las certezas.