Una forma más de notar que ya no me importa nada, es San Valentin. Los años de buscar el amor, la adolescencia y rechazar al imperfecto y que me rechazaran a mí cada cinco minutos, la época de desear como loca, las ganas de todo todo el tiempo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ja, lo mismo pensé yo. No te importa nada hasta que algo te importa (más allá de san chinculín). A mí me contaron.
ResponderEliminarBeso!
*chinchulín
ResponderEliminarEl tiempo nos ubica en la clama.
ResponderEliminar