noches montevideanas

Llegamos ayer de tarde, como siempre con poco tiempo y muchas cosas que hacer. Aunque tengo familia acá, no tengo lugar para quedarme con toda mi prole. Cada viaje es la misma discusión con mi marido, yo quiero venir a un apart y él no, vamos a lo de mi madre, me dice. Y acá estamos una vez más, prisioneros en el living,durmiendo en los sofás, único reducto de la casa que parece normal, porque arriba se esconde toda la locura del sindrome de diógenes de esta familia. Si cruzo la puerta de vidrio que da al corredor que da a la escalera que da al baño en el subsuelo que está trancada porque da a la cocina trancada donde está encerrada la perra ... si cruzo la puerta es como entrar al país de narnia, todo congelado. Pero no sólo eso, acabo de intentar abrir la ducha y NO HAY AGUA CALIENTE!. Alguno de mis hijos tocó la llave del calefón, instrumento de tortura uruguayo que sirve para que te quedes con agua fría cuando tenés la cabeza llena de shampú. De la cómodidad de la noche el resultado es que mi marido se despertó 6.30 AM y acá estamos desayunando. Me dijo, mañana dormimos en un hotelito de camino a Buenos Aires. Es el problema con los optimistas, la falta de memoria. Por suerte con mi ansiedad anticipatoria yo ya estaba preparada para todo esto. Menos para el agua fría

Quién te lee

Hace poco alguien se preguntaba  qué hacer con la parentela que quiere leer el blog. A mi madre y mis tíos les digo ¨ay no, es anónimo¨.  Ni loca les paso el link; a mis primos se lo dí, algunos lo chusmean según me cuentan las estadísticas de blogger. Y los maridos? el mío se supone que no le da bola a mis blogs, pero cuando escribí un cuento un poco hot le dio el patatús. Pero mirale el lado positivo, estamos aprovechando tanta energía fantaseosa extra! (...). Y al cuento lo bajé a borrador pero un día de estos lo subo otra vez, ché. No me voy a censurar.
Y ya que estamos, estoy leyendo Formas de volver a casa, de Alejandro Zambra, y hay una escena donde una chica lee y se tapa la cara con el libro. ÉL dice algo como:
Leer es cubrirse el rostro. Escribir es descubríselo

Fuera de control

Los viajes en auto con niños, qué tema para composición-la-vaca. Trato de tener todo bajo control, todos los por-las-dudas a mano (y después no encuentro nada en el caos), regular el horario de salida, de llegada (aunque mi marido es el gran proceso estocástico para mis proyecciones exactas), las películas, a qué hora deben hacer la siesta en el auto para que el colateral damage sea menor. Pero ya estamos en casa otra vez, sobrevivimos.
Además, los viajes me hacen pensar en todos los asuntos fuera de control de la vida, así en general, y termino en un laberinto de reflexiones que llevan a caminos sin salida. Y si además voy de vacaciones a la casa donde pasé todos los veranos de mi infancia y adolescencia, pierdo el control del pasado, me salta en cada vaso desparejo, en las tazas del desayuno y los almohadones de los sillones, en la puesta de sol en la misma esquina de siempre y en el agujero que hicieron mis primos en la puerta del baño hace treinta años, todo se enreda hasta el punto en que me desperté esta mañana en un colchón inflable (ahí dormí yo sola con el más chiquito, mi marido terminó en otro dormitorio con otro  niño vomitón), soñando con mi primer novio, medio congelada por el piso frío, con Mateo y sus quince kilos cruzados sobre mi pecho. No, te juro que no me calienta soñar con mi primer novio. Tengo que volver al tiempo presente total, ya ya a correr contra reloj para llegar a la próxima obra infantil de la tarde o a la siguiente cita en el pelotero. Obvio, eso  después de mi horario de trabajo-insatisfactorio según mis propios estándares de una década atrás, pero tan cómodo para mis necesidades actuales. Y ya entreveré todo otra vez, así estuvo mi cabeza durante 500 km, al menos mientras duraron los intervalos sin llantos, gritos, peleas y demás, sólo arrullados con los infames dibujitos en el DVD que nos han heho perder el control del gran placer de los viajes largos: la música.

no me vas a creer

Nos vinimos a pasar unos días al campo, a la casa de mi madrina, fin de semana bucólico con la luz de la tarde filtrada entre los paraísos. Pero el paraíso tampoco es perfecto. Y acá estamos varados, tres niños con vómitos y diarrea. Uno se viene salvando por ahora. Un viaje de 6 horas por delante, adivinaste. Mi madrina se ganó invitados por un día más.

Expo Jurásica

Hoy tocó ver dinosaurios, ya habíamos ido hace unos tres o cuatro años a la expo al lado de Facultad de Derecho, y te juro que había muchos más bichos: ¿depredación?, ¿habrá sido el Tiranosaurio Rex?

Peregrinando por los teatros porteños

Ahora que arrancó la temporada oficial, empezó la rotetion obligada por la carterlera de teatro. Ayer, para coordinar dos planes en uno (Guille tenía invitación al cine y teníamos que hacer el sandwich con los otros), terminamos en el Teatro La Galera, que físicamente me encantó, muy palermitano, se puede decir. Pero llegamos más temprano de la cuenta, y terminamos en la función de ¨María Elena¨. Aunque me gustan las canciones, no me convencía la idea a priori, pero bueno, ahí estábamos. Era esperar una hora o entrar. Y nos mandamos. Me sorprendió porque no fue un bodrio cantado, había un fondo tan profundo que le pasaba por encima del jopo a los nenes y quizás a muchos papás (a mi marido te digo que sí). Es María Elena con tres asistentes contando de dónde salen las canciones, las letras, y por qué se pone a escribir, todo en clave muy sencilla y divertida, buenísima puesta en escena. Todo lo que dice el guión es perfecto. Trato de quedarme con alguna frase atrapada antes que se me olvide. María Elena dice que escribe cualquier cosa, lo que se le ocurre, y entonces no se le ocurre nada pero para empezar escribe:

A ver
A ver
A ver

que parece un buen comienzo

Me quedo con eso, y con María Elena

No lo intenten en sus hogares

Con cuatro hijos, alguna vez iba a suceder. Por eso, compartimos esta experiencia en el extraño mundo bloggero. Así que, si es un viernes pasada la medianoche, y le dieron la mema al niño más chico de la casa hace un ratito, y justo le sacaron las barandas a la cuna (porque el nene ya se lanzaba pa´bajo en salto mortal) y el marido se puso cariñoso ya tan rápido y al final revolearon la chabomba abajo de las sábanas  y están ahí justo pero a punto del clímax y escuchan unos pasitos tiki tiki, y de pronto se encuentran unos ojitos azules dormilones y unos coditos apoyados cual barra del boliche sobre la colcha, como diciendo, ché, estoy acá, qué tal,  y ustedes tienen que elegir entre la carcajada y el orgasmo, bueno, puede ser primero lo uno, después lo otro, pero si ya están en el baile, no dejen de bailar. El nene no se va a acordar...

Hoy me atacó más temprano

Hace unos días hablaba de la hora de la loba, pero hoy, en vez de insomnio de madrugada, me agarró en plena vigilia premedianoche, y se me desenrrolló la larga lista de errores, de los pudo-podría-debió-haber-sido-pero-no-fue. Y entonces, acá está el remedio, como esos yuyos que curan todos los males, un poquito de blog por acá, otro por allá, y en un rato, espero haberme olvidado de todo, una vez más

Esta noche, zombies!

Creo que la ví en el ´97, en la Cinemateca de Montevideo, y wikipedia me acaba de confirmar que  se estrenó en el ´96: From dask till dawn de Tarantino, con George Clooney, Harvey Kittel y Juliette Lewis. La tengo idealizada totalmente, jamás la volví a ver.
Hoy a las 22h por TNT- mañana te digo si resistió el paso del tiempo...

Festival- Cesar Aira

Como siempre, blogger no me está dejando subir fotos pirateadas de otros sitios, mal mal mal. Pero lo que te quiero contar,  la novela, me divirtió mucho. No la hubiera agarrado por mano propia, me indujeron en mi ¨book club¨. Recomendada de mais para los egresados de cine y fans del BAFICI. Satírica pero poética, entre otras cosas. Ah, y cortita por si te embola.

cambios, cambios, cambios

Cuando los grandes se lavan los dientes, Mateo se desespera porque también quiere, necesito acordarme de comprarle un cepillo! (con 18 meses, ya califica)

Agus se olvidó de la mema finalmente,  pero pasó unos meses penando de nostalgia...

Guille empieza a tener olor a transpiración, socorro! y ese es otro ítem para la próxima lista de supermercado (será una negación emocional pero me olvido y me olvido),

Y Andrés está enamorado de una nena que lo ayuda mucho en el colegio! todas las mañanas se despierta y me dice que la quiere invitar a casa

Y hoy sabado, estamos empezando unas largas vacaciones de invierno, viva la pepa!

Paseos urbanos

A veces con sólo mirar por la ventanilla, tenemos una perfecta obra de arte frente a nosotros (casi siempre)

Pequeños milagros

No puedo mudarme cerca del colegio,
No puedo mover la oficina cerca del colegio, o de mi casa,
No puedo mudar a los niños de colegio,
No puedo mudarme de trabajo?

Pero, a que no sabés quién se muda acá nomás, al ladito mío??
EL (sport)CLUB!!!!!!
si esto no es que la montaña venga a Mahoma...