martes, 1 de mayo de 2012

adentro!

Si, ayer lo logramos. Bué, nos ayudó que mi suegra se iba en buquebus a las 4 de la tarde, así que la dejamos de paso (a las 3.22) y seguimos a las corridas hasta el cinemark de puerto madero, y además el Hado nos tuvo consideración. Justo en el último minuto, consiguieron entradas. Esta vez, para no cortar la siesta de Mateo (que vos sabés lo que cuesta después remontar una siesta mal dormida), yo me quedé leyendo en el auto hasta confirmar por sms que habían entrado al cine. Leyendo bajo la autopista (san juan y huergo es). Si, creéme. Fue solo un ratito, después de un ringtone del celular, Mateo se despertó y ahí arranqué las maniobras de maña y fuerza: bajarcochecito-ponercampera-cargarniño-engancharniño-cerrarauto. Muchas calorías producidas y adentro de mi campera super abrigada ya hacían unos 39ºC. Al fin logré llegar al viento frío de Puerto Madero, paseando el niño en cochecito mientras los otros veían la peli con el papá. Parada obligada para hacer pis (cuatro hijos me descuajeringaron la vejiga, el estómago, la cintura y las articulaciones de las manos, entre tantas otras cosas).  Aproveché un Starbucks y ahí nos instalamos (después de toda la maniobra inversa de desarmar cochecito-abrigo-bolso) en un sillón entre una pareja sin hijos y un estudiante universitario que mitad leía y mitad dormitaba en su sillón.  Yo me armé un miniliving entre medio de ellos con un par de silloncitos robados a cada uno. En uno lo puse a Mateo, le armé la mema con la SancorBebe3, viendo de cotelete a la chica que me miraba, yo pensando qué cómoda está ella, pero segura de que ella pensaba, quiero uno como ese. Algo le comentó al novio (marido?) sobre otra chica y la leche Sancor. Ya estaba en la etapa en la que todo lo que hablan las mujeres-mamás a su alrededor le es sumamente significativo y toma nota. Me acuerdo de esa época.   Volviendo a mí, logré leer unas hojitas más, habrán sido 5 ò 10 minutos (entre una mema y una Tita), un tiempo irrisiorio para cualquier lector asiduo, pero para mí y en esas circunstancias, lo considero aceptable. Después salimos otra vez, cuando Mateo ya empezaba a tocar todos los vasos de las mesas. Otra vez activar el mecanismo camperas-cochecito-maniobrasdesalida-altaproducccióndecalor. Y después, ya sabés, de a poquito la cosa se puso pesada, bajás al nene del cochecito y ahí es la debacle. Ni te digo, esperar en la puerta del cine a la salida del resto de la tribu. Mateo limpiando alfombras y veredas con su camperita roja. Pero no estuvo tan mal. Terminamos sentados en los bancos frente al dique de puerto madero, todos comiendo el pop que no tuvieron tiempo de comprar a la entrada del cine. Yo no, todavía estaba contenta con mi caramel macchiato.

3 comentarios:

  1. Ayyy te entiendo, 5 / 10 minutos son un montón para nenes tan chicos, pero igual me agotó tu odisea... ¿por qué no te quedaste en tu casa con Mateo, y que hiciera maratón de siesta? jajaja

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  2. aaah, porque antes fuimos a almorzar afuera!! pequeño secreto, y la excusa, era para festejar el cumple de mi suegra!

    pero el día anterior yo le había propuesto eso al hombre de la casa y a él le da como cosita, quiere que salgamos todos, con el resultado a la vista creo que se terminó de convencer de que estamos en temporada de armar planes ´fragmentarios´

    besos!!!

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  3. Me imagino que mientras los otros estaban en el Cinemark Puerto Madero debe haber sido un placer para vos pasear con el cochecito por la tranquilidad y belleza que tiene el paisaje de Puerto Madero

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intentalo que podés!