hoy me despertó el timbre a las 5.40 y quedé en ese estado en que no me volví a dormir pero todo lo que he hecho desde entonces es estar medio dormida. No tomé café y no ayuda. O será la pátina de la depresión que vengo negando desde hace un rato. Vivo en la sombra. Esperando siempre a alguien en algún lado, a mis hijos en sus actividades, a un doctor, en la cola del supermercado o en el auto, el próximo semáforo. Vivo esperando y a la vez se hace cada vez más claro que ya no puedo esperar mucho. Viene en dos días una amiga de Uruguay camino a un congreso. Hace unos tres o cuatro años del último congreso en el que participé, como oyente obviously. Mi alma nerd siempre amó los congresos. No veo un congreso en mi futuro.
Lunes a la mañana es el día perfecto para descubrirse una depresión. La esperanza es que a eso de las dos o tres de la tarde de pronto me de cuenta de que ya pasó todo por esta semana. O no. Me falta energía y pienso en todos los que por ahí rebosan de energía y proyectos. Lo que me falta a mí.
Me acabo de acordar de un audio de whatsapp que me mandó ayer mi madre. Gracias a internet puede ser tóxica a 10000 km de distancia. Le había comentado que tengo tos y su respuesta siempre fuera de foco, siempre una crítica ¨vos te fuiste a Francia de vacaciones pero no parás, tenés que parar¨. Nadie me entendería y menos si lo escribo en un blog, pero mi madre en algún lugar de su subconsciente quiere que yo siga siendo sólo hija.
Hace 1 día