Hace un par de años que no andaba por Florida a la noche, pero justo ayer me tocó, salí de un curso pasadas las 10 de la noche, y bajé tres cuadras por Lavalle hasta el estacionamiento. Las peatonales me siguen pareciendo como un mundo mágico aún quince años después de vivir en esta ciudad, todavía me generan una simpatía de turista que no puedo evitar. Ya desde adentro del salón de clases se escuchaba la música árabe del bar que vende comida árabe al paso, yo creía que había una fiesta en algún lado, sólo me dí cuenta cuando bajé a la calle, después seguí caminando hasta el cruce con Florida y me encontré con un Michael Jackson que empezaba a bailar un ¨Thriller¨ con perfecto disfraz para la temperatura de otoño, rodeado de un círculo amplísimo aunque no tan compacto, de espectadores, que no parecían todos turistas, sino contentos nomás. Y yo seguí caminando por Lavalle vacía, en bajada, con el ritmo perfecto pegado a mis pies.
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