Después de meses de fracasos continuos, al fin lo logramos. Viernes de tarde, encuentro de dos amigas en chuchi restaurant de Belgrano. No sé si el apagón que había en la zona fue culpa de nuestro triunfo sobre el destino, pero me gusta pensar que algo tuvimos que ver. Mucha energía junta. Tiempo de charla, una hora y algo, aprox. Temas varios, los de siempre: niños, colegio, chusmeríos, trabajo y sus derroteros, despotrique contra maridos, miedos, sueños, planes de vacaciones, todo comprimido. La frase terapéutica del día,
¨Tenías un plan de vida a los veintipico, ese plan fue suplantado por otro, que incluye formar una familia numerosa, ya llegará el momento de desarrollar nuevos proyectos¨
frase de amiga, buena onda, optimista (ya se me está pasando el cuarto de hora para muchas cosas), pero más allá de todo, concluímos que no hay nada como terapia de café con amigas y también criticamos a nuestros antiguos psicoanalistas. Bueno, el tercero fue el vencido para mí. No sé si fue porque era hombre pero al final un día me dí cuenta de que ya no lo necesitaba. Ya nadie me puede decir nada nuevo.
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