domingo, 30 de mayo de 2010

hablando de la visión masculina








De a poquito la vida va sumando complicaciones a todo el mundo. Obligaciones, responsabilidades, todo eso que ya sabemos. Dentro del paquete que me toca, ahora tengo que ponerme a cocinar pan libre de glúten dos veces a la semana. El primer intento no me salió tan mal, un pan enorme, inflado, de molde rectangular. Y eso que lo hice con una batidora a la que le anda sólo uno de los firuletitos de hacer masa, no le funciona más el on/off, así que hay que enchufar y desenchufar directamente, una chanchada. El gusto del pan es otro asunto, medio asqueroso. Pero quizás con más sal, o hecho tostada y lleno de dulce por arriba, se banque mejor. La cosa es que ya me planteé, me compro una máquina de pan? me parece un bodoque muy grande. Y una procesadora? una de esas con bowl y brazo que baja para batir con ganas. Estaba en esas reflexiones y se lo comenté a G. Y qué me contesta el hombre de la casa
-Dejá que te lo regalo para el Día de la Madre
A ver, tarambana. No estoy diciendo que me quiero comprar una cartera LV. Es un elemento para cocinar pan especial para nuestro hijo que tiene una dificultad más entre las tantas que ya tenía su vida. Y para él se trata de un chiche, una cosa de esas de mujer. Ah, y para el día de la madre argentino faltan cuatro meses. La conversación terminó conmigo diciendo
-no te estoy pidiendo permiso, te estoy informando que voy a comprar algo que necesitamos
Aún así no me puedo sacar el tufo de sumisión femenina. Mi lucha por una batidora sucks

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