Y ya estamos a 23 de Diciembre, solsticio de verano con calor en serio, compras que no sé cómo pero siempre termino haciendo sobre el pucho, los planes de la cena de mañana en veremos, muchas zambullidas en la pileta (una maravilla de la que no me cansa, aún una década después de tenerla), cena con invitado especial (salmón al horno dejó la cocina hecha il vero inferno), niños sobreexitados, como siempre. PEro ahora, casi todos duermen, llegó el viento a Buenos Aires y puedo tener la ventana de mi dormitorio abierta de par en par sin que se metan los bichos, y el viento fresco es un milagro en esta ciudad, en esta época del año. De verdad, es una noche de paz
Hace 2 horas
Que Dios te colme de bendiciones, y que tengas una hermosa navidad.
ResponderEliminarUn abrazo.