No me hubiera imaginado esto hace una década, allá en la suite nupcial en Colonia del Sacramento, pero acá estamos, con todos los sueños cambiados. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Y eso que vivo pensando en lo que dejé atrás, y en cómo debería haberlo hecho. Creo que ya lo dije antes, caminante, no hay camino
sino estelas en la mar
cómo me gusta, y cómo duele
Bueno, no hay camino si no hay renuncia.
ResponderEliminarDe todas maneras, si hay vida, hay esperanza.
La vida te ofrece revanchas. Hay que darle oportunidad.
Un abrazo.
cierto!, cierto?
ResponderEliminargracias!