Hace 15 horas
sábado, 30 de junio de 2012
otra versión del espiral interminable
De chica vivía con mis abuelos y mi madre, que estaba muy poco presente. Eran todos muy sobreprotectores y recuerdo haber tenido grandes luchas para conquistar la ¨libertad¨, que a los diez años era igual a ir caminando a la escuela, a cinco cuadras, o al club, a las clases de inglés, a diez cuadras, todo en pleno centro de Montevideo. Me acuerdo del sermón de mi abuela diciendo ¨bueno, andá, pero si después te pasa algo, no digas que yo no te dije¨. Por suerte nunca me pasó nada, y con la retrospectiva pienso que anduve por demasiados lugares inconvenientes a demasiadas horas difíciles. Eran otros tiempos? otros lugares. Pero ahora, acá estoy este sábado a la mañana, teniendo que decidir si finalmente lo mando solo a Guille hasta el club a su clase de basketbol: son cuatro cuadras pero tiene que cruzar la vía, la avenida, pasar por debajo del puente del tren, y otra calle más. No es un trayecto muy lindo, pero tampoco es imposible. La gran diferencia que encuentro, es que él no tiene el impulso de decir ¨si, quiero ir solo¨. ¿Qué hice mal para que no clame por independencia?
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Qué miedo llegar al momento de tomar esa decisión. Te acompaño con buenos pensamientos (?)
ResponderEliminarY esta semana tampoco fue, supongo que antes de los 20 habrá salido solo, pero sin duda a mis hijos les va a faltar CALLE
ResponderEliminarNi hablar! a los míos también les va a faltar CALLE, pero con sinceridad si ellos no reclaman yo tampoco les doy la idea..
ResponderEliminarY yo sigo sin decidirme, se me viene otro sabado, MC!!
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