Domingo, cinco de la tarde y empieza la cuesta abajo total, el vuelco brutal del fin de semana a la realidad lunes-a-viernes. Vengo de buscar a Guille en casa de un amigo, volvió con cara de orto, gritos y escándalo porque se quería quedar más tiempo: está allí desde ayer. Me encuentro discutiendo amargamente a veces con él. Supongo que está equivocadísimo y sin embargo, pasa.
En el otro extremo, la semana pasada nos fuimos tres días de viaje con el hombre de la casa, todo un hito para esta familia. Los nenes se lo bancaron bien, se quedaron con la abuela paterna y la empleada. Nunca había dejado yo a ninguno de mis otros hijos tantos días a la edad de dieciseis meses como tiene Mateo ahora. Dejé sorpresitas para los grandes, una por día. Cuando volvimos, nos esperaron como locos de contentos. Agus se vino primero hasta mí y me abrazó, no me soltaba y en eso llegó atrás Mateo, todo chiquito. No podía soltar al otro así que lo dejé seguir hasta el padre. Se abrazó a él, muy fuerte. No lo soltaba. Tanto no lo soltó que cuando yo me quise acercar, no me quiso abrazar, y siguió así por casi el resto del día. Después volvimos a las buenas migas pero siento que desde que volví, mi bebote ya no es más mío. Ahora está enloquecido con el padre. Por un lado es un alivio, por el otro, me angustia. Por el otro, me arrepiento de cosas que no hice, como irme a encontrar con mis amigos de Montevideo, un par de meses atrás, en una reunión especial. Y cuando miro a Guille que con nueve años ya es un angry teenager (casi), me pregunto si no es mejor hacer como esas madres del colegio que se la pasan viajando (bah, no es que yo pueda hacerlo, pero en la medida de lo que puedo, me cuesta terriblemente hacerlo).
Preguntas sin respuesta para un domingo a la tarde. Mientras tanto, la lucha continúa.
Hace 2 horas
Te entiendo, creo que me va a pasar lo mismo cuando vuelva de mi viaje de septiembre... Faltan 3 meses y pico y yo ya estoy sufiendo...
ResponderEliminarque feito que nos cambien por el padre!! eso no se hace!!
ResponderEliminarYo me tuve que ir de viaje una semana cuando MC tenía más o menos la edad de Mateo, fue por trabajo, no pude elegir (bah, sí qué se yo, renunciando supongo). No me lo tomé a la tremenda (sino hubiera sido mucho peor) pero sí usé ese mismo argumento "si tantas viajan por placer no le tiene que hacer mal que viaje por trabajo".
ResponderEliminarIndependientemente de dejar al chiquitín (los chiquitines, o no tanto) si les hizo bien esos días solos creo que vale la pena por montones. La papitis aguda le iba a agarrar tarde o temprano, esto fue sólo la excusa.
Las cosas no se ven de la mejor manera un domingo a la tarde (no es que el martes a las doce y media las vea mucho mejor cuando al otro día te levantas a las seis menos cuarto, pero bueno...)
Besos!
Buenas! no sé cómo ya es miércoles! será por eso que hoy ya veo todo mejor, lola? por suerte volvimos a los mimos de siempre, aunque te juro que algo cambió, Mateo me recibe más desapegado cuando vuelvo a casa, o yo distorciono la realidad, no sé. No te asustes Ann, que acá el problema es la competencia con los hermanos...
ResponderEliminarY tenés razón MC, no hay que tomárselo tan a la tremenda: comparándome con mi versión madre modelo 2004 (o sea, con Guille chiquito), me lo tomé bastante tranqui, así que imaginate, puf, si esto me pasaba en ese entonces, me daba el patatús
besos a las tres!