jueves, 19 de enero de 2012
Remontando el año nuevo
Calor, pileta, ventilador, amiguitos de mis hijos, mamás amigas, vuelta al ritmo con el trabajo, tedio entreverado con la falta de rutina y el caos que es la casa (cuasi sin empleada), libros que no tengo tiempo para leer, blogs que apenas pispeo, incluyendo el mío. Todo está desordenado, sin rumbo fijo. Mi hijo de 9 años pasa horas tirado en la compu o el sillón frente a la tele, los otros hermanos lo siguen y de pronto no importa el calor, el sudor, todos miran una pantalla. Yo también le dediqué algunos minutos de más a configurar mi nuevo smart phone (papá noel me dejó un vale y los señores de Claro me lo dieron, eso le dije a mis hijos). Me da como una angustia de que desaparezca el verano, y terminemos todos derretidos frente a un LCD. Quévachaché
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Para mí, el año termina en diciembre y empieza en marzo. Enero y febrero quedan en un limbo sin tiempo ni espacio, y lo que hagamos en estos meses no tiene ningún tipo de importancia, no cuenta de ninguna manera.
ResponderEliminar¿Sirve? jaja
ahora te cuento, esperame en el próximo post, besos!
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