Todavía me queda un bebote de tres años y medio, y aunque los demás hijos puedan hacer sus gracias acordes a sus edades, lo de Mateo es un desparramo: en un ratito nomás te puede largar tres al hilo
-¿y comieron la merienda en el jardín hoy?
-no, comimoz la decolazión (la colación!!)
-Mirá que te pezquillo, Guille!! (pellizco)
y el tercero era algo de los zombis muy gracioso pero que ahora no puedo recordar, porque son muchas las gracias y porque se me escurren como agua entre los dedos, estos momentos tan lindos de los que me va a quedar una risa brumosa haciendo eco en el pasado para cuando sea vieja, si es que llego. Así estamos ché
Hace 12 horas
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