domingo, 26 de mayo de 2013
años en subida, años en bajada
Para decir la verdad, hace unos cuantos años (cuatro, cinco, seis?) que mi balance no viene mal, cuando llego a fin de año, algunas veces más, otras, menos, la cosa termina bien. Y cada fin de año me he preguntado lo mismo, como todos nosotros:
-qué vendrá ahora?
Después de varios años de viento en popa, vuelvo a estar a la deriva, y todavía no empezó el invierno,
se paró el viento? (no voy a hacer analogías económicas con el famoso viento de cola...).
El trabajo es sólo un trabajo, pero le da formato a la autoestima. A veces más lindo, a veces más feo. Ahora, te salís del molde un rato, y la amorfidad asusta.
Y lo peor es que tengo tantas cosas para hacer en mi vida personal/familiar, que ¨no trabajar no es sinónimo de tiempo libre. Al contrario, el ritmo de laburo familiar (con perdón de mi último psicólogo, que decía que no, que no es trabajo cuidar a los hijos. Adiviná por qué dejé de ir) es más intenso todavía. Bueno ché, así estoy terminando el otoño. Se nos viene el invierno.
Estado total de domingo a la noche.
viernes, 17 de mayo de 2013
Para cuando tengas tiempo libre
Están empezando mis días de reorganización: tendré más tiempo libre para completar todas las tareas pendientes de la casa y la vida. Y tengo la gran duda de siempre, ¿lograré hacer algo diferente con el tiempo extra o sólo se me va a diluir entre supermercado, twitter, cocinar, idas al colegio/jardín, gimnasio y mil etcéteras que tapan mi agenda aún cuando deje de trabajar por unos meses?
El 2013 está pidiendo a gritos ORDEN!!! y lo único que puedo empezar por ordenar, es mi casa.
Mi meta #1 es tirar el 30-40% de lo que hay en la casa (sí, así nomás) para que nos quede espacio libre (para volver a rellenarlo?).
La meta #2 ya entra en el campo de la ciencia ficción, y es, ordenar los horarios familiares. La noche, a los tumbos, tiene su deadline. Todos duermen menos de lo que necesitan. El ideal familiar es adelantar la hora de salida de casa unos 15 minutos. Y esa pavada minúscula, chiquitita así, te juro que es imposible de pasar.
La meta #3, para qué, otro día. Mientras tanto, acá va un link a un capítulo de un libro que me recomendó mi psicólogo (linkedin!!!!), Happier at home.
Sé felíz organizando tu vida, sister
sábado, 11 de mayo de 2013
La culpa materna, capítulo 158
Todo cambia, ya sabemos. Salir y dejar a mis hijos chiquitos, 9, 7, 5 años atrás, era casi imposible, y si volvía tarde del trabajo me angustiaba de tal manera que, que, bueno, así fue que renuncié, largué, colgué varias cosas por el camino. Pero algo pasó con mi tercer y cuarto hijo. Aunque no esté trabajando, siempre tengo tantas vueltas, mandados, pendientes por resolver, que me la paso entrando y saliendo. O sea, ya da igual si es por trabajo o no. Siempre hay algo que me tiene ocupada. Y los niños se lo han ido tomando con progresiva calma, igual que la madre. Lo que hace siete años era una tragedia con gritos y llantos, ahora, ahora, qué te voy a decir, el chiquitito de dos años no me da bola cuando me voy, yo salgo corriendo (sin explicar mucho muchas veces) medio escapada casi siempre. Y tá. Y cuando vuelvo, el nene tampoco me da bola, en una de esas mira youtube con un hermano, Jake y los piratas, pocoyo, todavía son cosas dulces y tiernas por lo menos.
Hace unas semanas, en las que estuve muy loca, de pronto yo le decía ¨Mateo, ¿vamos a mimosear?¨(el ritual de fines de semana o cada día a la tardecita sobre todo), y el guachito me respondía:
- ¨eno abajá!¨. Traducido: Tengo que Trabajar. Podés creer? ya sabemos que los niños repiten lo que viven. Lo bueno es que lo tomé a broma (después de bajonearme con la culpa), y entonces empecé a jugar con él, yo le preguntaba, podés mimosear ahora Mateo, o tenés que trabajar? (y me contestaba ¨abajad¨). Así que mientras el experimento sociológico de mi familia sigue progresando (hijos mayores con exceso de atención, hijos menores con desatención importante?), yo ya no tengo ni tiempo ni ganas de ir a un psicólogo. Sólo me queda el blog para catarsis.
martes, 7 de mayo de 2013
y a vos, hasta qué hora te dura la vocación de madre?
En el libro de Gioconda Belli ¨el país de las mujeres¨, hablaba de las mujeres a las que la vocación de madre les dura todo el día. Muy buena metáfora para ese momento del día en que perdés la paciencia y necesitás ya-ya un tiempito para vos (y no me digas que es a las 7am, porque es demasiado cierto).
Hoy, por ejemplo, después de un día de vacaciones (cosas del colegio, ya cumplimos una semana fuera del ritmo escolar) con niños y actividades todo el día, no tengo ganas de cocinar. Pero no hay otra. A pesar del resfrío y a pesar de que recién volvemos de ¨experiencia Art Attack¨ (careli pero linda, sólo los llevé porque no hay ningún programa equivalente de baja temporada), a pesar de que me tiraría en el sillón a dormir la siesta, me voy a tener que levantar y enfilar a la cocina.
jueves, 2 de mayo de 2013
y vos qué posteás cuando tenés insomnio?
Me pasó con un blog de esos que leía cuando yo todavía no tenía blog, que me preguntaba por qué esta chica con tantas cosas buenas sólo veía lo malo, lo depresivo de su entorno, que aún así no era más que normal para su situación. De todas maneras siempre fui contemplativa con ella, porque pensaba que el blog es EL sitio en el mundo donde se pueden repetir hasta el cansancio (bueno, casi) todos esos divagues que andan en la mente, sobre todo a las 4 de la mañana cuando te levantaste para ir al baño y volvés a la cama con un estado de alerta tan conocido, que se trae la maroma de reproches mentales, como el aire del puerto cuando anuncia el temporal.
El posteo bajón en el blog es el equivalente online del insomnio de la alta madrugada. Pará, me tengo que ir a tuitear esto! Y como siempre, llego a una conclusión obvia y me quedo felíz como si estuviera para el Nobel. No aprendo más
miércoles, 1 de mayo de 2013
la carrera imposible
Con 41 años me vas a decir que no es tarde para nada pero sabés que no es cierto. Es tarde para muchas cosas, todo bien, pero es así. La semana pasada tuve una iluminación cuando me encontraba en una situación relacionada con el trabajo. Estábamos en una reunión con algunas personas, y un vicepresidente de un laboratorio de USA (no hay caso, tengo problemas con los vices y las vices, anda por ahí mi post) y las únicas dos veces que se dirigió a mí fueron para pedirme 1) un adaptador 2) más frío en el aire acondicionado.
La verdad es que lo más razonable era que no me dirigiera la palabra en ninguna ocasión así que esos pedidos me sobresaltaron, primero que nada porque yo no tenía nada que ver ni con adaptadores ni con aire acondicionado, pero eso no importa, estaba a mano para resolverlo . Lo que importa es el famoso lugar que me toca en la palmera (también está en algún post al que seguro no le puse etiqueta y no lo voy a encontrar más, pah, y ya ando por los 800 posts, epa, y me fui de tema). Ahí mismo estaba una amiga de allá lejos y hace tiempo, de aquellas de bailes de secundaria, de los sábados en double dates, y de la época (o el lugar?) en que se podía caer de improviso en casa de cualquiera para decirle hola, en qué andás?. Sólo que ahora (y después de muchos muchos años de mucho mucho trabajo suyo), ella también anda por ahí codo a codo con los VP y big bosses (ella es uno más de ellos) y no sólo eso, los deja de boca abierta a cada rato. Bueno y qué. Que es un espejo inevitable donde no puedo mirarme, ni se me ocurre, ojo. Es imposible compararme con ella, el esfuerzo y la entrega de años de laburo, en su caso la maternidad fue algo que eligió ya casi a los 40 cuando tenía más que cabalgada (y eyectada al firmamento) toda su carrera profesional. Yo apenas he entrado y salido, me he mojado los pies por un rato en el mundo laboral desde los 30, mientras sostenía uno dos tres (cuatro) niños a upa, siempre lo más importante lo segundo, obvio. Son elecciones, me vas a decir. Pero de pronto viene un VP yanki y se acerca para hablarte y te pide un adaptador, y ahí se ve todo con una claridad como un relámpago en medio de una noche de tormenta.
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