Fui a una charla para padres, de un psicoanalista bla bla, muy reconocido. En el jardín de Agus, ayer de noche. Estuve a punto de batir mi propio récord de velocidad para dejar todo pronto y partir antes de la cena pero me faltó esto. Llegué agotada y me relajé en la silla buscando soluciones mágicas a mis problemas cotidianos: cómo poner límites, cuánto hay que frustrarlos para educarlos. Después de una hora de charla de un tipo con pinta de mafioso italiano, que mechaba un ¨a ver¨ cada tres frases, salí decepcionada. Me las tengo que arreglar sola. Lo único que dijo fue algo del Edipo, de la representación de la realidad, y cosas por el estilo, todo muy freudiano, mechado con porteñismos. Charla errática, saltatoria, inconclusa. Bueno, entonces, qué hago?
Por lo menos ya no tengo que hablarlo con mi psicólogo
Usa la psicologìa de mi abuela Julia.
ResponderEliminarSi te rompen una maceta, pelà el cinto y empezà a repartir.
No es muy "progre", pero funciona.
Un abrazo.