Dicen que las mujeres cargan todo el peso de la familia la casa los hijos el trabajo la carrera el marido. Lo dicen los diarios, lo critican las revistas progres. Y yo no paro de producir cortisol, vivo en estrés permanente juzgando mi pasado, mi presente, mis decisiones equivocadas ahora pero que antes estuvieron bien, y lo cotidiano me tapa más alto que un tsunami, mi único momento de pensamiento profundo es adentro de un libro. Treinta años estudiando, esforzándome para un futuro muy serio, y otros quince desarmando la madeja de la familia, creando y criando hijos, armando la vida familiar y suburbana ideal, la que imaginaba, la que no tuve yo. Pero ahora el tiempo me está pasando por arriba, se levan los puentes, se cierran las compuertas, el sol se está poniendo, el hechizo se acaba y sólo quedo yo, parada sola frente a la cocina cada noche, sin más futuro que la hora del desayuno del día siguiente y el rush hour para llegar a tiempo al colegio. Un camino inesperado.
Hace 2 horas
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