Estoy aprovechando la energía negativa que me dejó la última empleada, que me robó, a la que además me encontré en la bolsa de trabajo de la parroquia a donde fui (sólo) a contactar empleadas (las señoras voluntarias que dirigen la cosa caritativa son como dealers de empleadas, suena muy políticamente incorrecto, pero sabés qué, me estoy dando cuenta de que ese es otro post que tengo pendiente). La cosa es que no encontré a nadie que me inspirara confianza, es que ya tengo el prejuicio, las veo e imagino la escena nuevamente, los mismos errores, las metidas de pata bestiales, las cosas mezcladas. Y no tengo ganas. Y la casa vacía para mí, aunque sea un rato cada día, es un placer, aunque el precio es un par de horas de trabajo para mantener la decencia, y otro par como para tener comida y cocina limpia… no estoy haciendo muchas otras cosas, cursos, idas al club, trámites, médicos. Ya me tocará el turno y veré cómo hago. Mientras aguante, voy a disfrutar la paz del hogar, la cosa de ser una real house wife. Con un poco de culpa (oh, pero no trabajo!), si no, no sería yo.
Hace 2 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
intentalo que podés!