Hace 13 horas
miércoles, 25 de diciembre de 2013
ya pasó Navidad y yo sigo indecisa
Querido blog, acá estoy de malla a las diez de la noche, después de incontables chapuzones y tandas de platos lavados, todavía sudando. Nuestra Navidad de familia exiliada y aislada en la gran ciudad es un poco solitaria, tamos los que somos y somos los que estamos, es decir los seis. Casi todos tienen mucha ilusión por Papá Noel menos Guille que nos hace la vida imposible con sus celos y su insatisfacción. Anoche tuvimos el momento destructivo a eso de las doce y algo, porque no recibió la Play, como él suponía, aunque nada suponía que la fuera a tener como regalo (otro día te cuento, pero de verdad, no tengo capacidad para tener problemas por un artefacto tecnológico más). Así que eso, la navidad en familia es libre pasada por agua, y sin embargo, falta ese qué sé yo del amontonamiento familiar. Eeentonces, después de muuuchos años, parece que vamos a pasar fin de año con las familias en Uruguay. ¨LaS¨ es un poco exagerado. Marido tiene hermanos y padres muuy apegados. Yo voy en busca de tíos y primos, y la desigualdad me desbunda la balanza. El tipo (mi marido) llama a la mamá para decirle que los esperamos el primero de enero para un asado (casa de playa, alquilada), y la hermana llama para invitarnos a pasar la noche vieja. O sea, me llenan el 100% del calendario. Obvio que tengo derecho a réplica pero la cuestión de fondo es la invasión temporal. Y ahí me quedo mirando mi jardín con nostalgia, pensando en que mejor pasarla solitos acá una vez más. O no, que los niños se enteren lo que es tener primos de vez en cuando (esos son por parte mía, aunque son primos segundos porque soy hija única). Primos lejanos, pero en la edad en la que todavía se hacen amigos en un ratito. Voy antes o después de las fiestas, voy a la casa que queda en la playa fea pero está barata, o la más cara y linda y chica pero que está en el bosque, y así siguen mis dudas livianas pero densas porque a pesar del calor, no se han evaporado. He dicho.
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Besos a todos. No hay que teorizar sobre las fiestas y las relaciones familiares porque duele, jeje. ¿Tenés feis? Buscame, te busco :)
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ResponderEliminarPau, cuánta razón, por eso ya me estoy llevando el martini, el campari y la coctelera, pa terminar el año… besote
No te imaginas cuanto me identifiqué con aquello de extrañar el amontonamiento familiar. Creo que siento nostalgia, aunque nunca supe mucho de eso... Besos y a brindar que se acaba este añito!
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