Ya tenemos los horarios trastornados, son las 5 y media y apenas terminé el café con turrón hace un ratito. La casa quedó revuelta por el tsunami de regalos y papeles descuajeringados. Todos contentos como el restaurant del barrio chino. Pero la noticia de la tarde es que Agus ¨expulsó¨ la moneda que se había tragado. Y no era de 50 centésimos de Uruguay como yo creía, era una corona checa! grandecita, te digo.
El papá la lavó y la volvió a dejar en el pasaplatos, de recuerdo,
puaj!
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