miércoles, 30 de mayo de 2018
Las quejas del otoño
Desde que me despierto
hasta que me duermo
de la oscuridad al crepúsculo
desde que estiro los músculos
todo se estira y se complica
nada es como debe ser, no aplica
quisiera sacarme la tela de araña
que me cubre y la estiro
me retuerzo
trato de escapar
de los que no se levantan
y no se visten
no terminan el desayuno
ni se lavan ls dientes
ni se atan los championes
y el tiempo pasa, y la hora llega
cierra la puerta de la escuela
hay que firmar entrada tarde
la pesadilla de los chicos y grandes
hay que hacer cola
no se puede estacionar
Después, el día recién empieza
son las 8 y media
y siguen los pequeños problemas
ir y volver, llegar tarde
no puedo hacer lo que me toca
no estoy a la altura, no tengo tiempo
y de pronto se pasó la hora
todos volvemos a casa, a la play, a youtube
cada uno perdido en su mundo azul
están sucios y no se quieren bañar
resuenan tiros en la web, voces en neutro
y hay que pensar en cenar
y no les gusta la comida que hay
ni guiso, ni pastel de papa, ni sopa
ni tarta ni espinacas a la crema,
son los súbditos de los fideos con manteca.
La noche llega pronto pero el frío no se vio,
es un invierno veraniego
preámbulo del final que se nos viene
Y yo quejándome
de que vivimos lejos de la escuela,
y de los embotellamientos de la ciudad roja,
los supuestos amigos de esquina
las conversaciones que ya no pasan el muro
el firewall, el antivirus social
Todo queda detrás de la fachada.
Debemos ser positivos, todo es relativo
No te compares, no me comparo digo
Y ya llega una interrupción
Es hora de terminar la queja
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