martes, 29 de noviembre de 2016

Evitando repetir


Justo venía a escribir un post sobre lo que hice, y hubiera debido y debería haber hecho y habría hecho hi hubiera sido o no, y ahí me doy cuenta de que es lo último que escribí por suerte, y de mis 900 posts debe haber unos 200 dedicados al tema, porque para las obsesiones sí que soy eficiente

lunes, 21 de noviembre de 2016

Como antes

El siglo XXI ya está bien estrenado, ya deberíamos dejar de nombrar ¨dosmildieiciseis¨, en cualquier momento los millenials  hablan del dieciocho y vamos a quedar desactualizados unos cuantos.  Sin darme cuenta pasaron quince años del nuevo siglo y yo como madre, a veces angustiada y otras veces plácidamente envolviendo a mis hijos con abrazos. Otras veces a los gritos. Mi carrera quedó por el camino pero todavía sigo juntando pedazos rotos, no me termino de enterar, se me hace carne la noticia cada día como si fuera nueva. Se me pasaron quince años esperando, pensando en lo que iba a hacer dentro de un tiempo, creyendo en oportunidades futuras y ahora de pronto me cayó como un rayo, tengo cuarenta y cinco, mi currículum pasó de importante a deprimente. No estoy diciendo nada nuevo. Siempre es lo mismo y sin embargo lo resucito cada mañana y le doy vueltas a las mismas ideas tratando de entender si lo que hice es lo único que podía haber hecho. Si debería haberlo hecho mejor. Pero la realidad es una sola y ahora en vez de escaparme de ella con fantasías sexuales me evado a un mundo de pesadillas del pasado que no fue y el futuro que temo, y por supuesto, el presente que no puede ser.
En estos años en que cambió todo, empezando por mí, siguiendo por la ciencia y por las otras posibles carreras laborales que no seguí en las empresas de las que me fui o me fueron: ahora estoy haciendo un ¨curso de actualización¨ y veo que hasta ese otro mundo evolucionó desde mis primeros cursitos de investigación clínica en 2003 cuando el siglo era realmente nuevo y mis hijos eran realmente bebes y yo todavía era realmente joven. Me  miro la piel y veo que todavía no entré en la decadencia, tengo unos cinco años para agarrarme de lo que sea, y no sé para dónde agarrar. La carrera ya está perdida, me queda caminar como sea hasta la meta, que no sé cuál es. Quizás ese es el problema desde siempre.
Como antes. Ya no escribo todas las noches en el blog para quejarme de mí misma. Ese ejercicio tan neurótico que me liberaba y me tenía convencida de que quizás iba a llegar a ser escritora un día futuro. Pero además puse a prueba mis cuentos chotos y corregidos. Están mejor que en el blog donde los publiqué alguna vez pero, se los dí a leer a una editora que me dijo, no, yo te voy a dar consignas para escribir. Y me vendió un taller literario personal. Y que todo lo otro lo tire, lo recicle. Y entonces me hace escribir en su taller y ahí si, me corrige párrafo y adjetivo de lo que escribo como si algo de eso tuviera valor y ahí paso de la humillación a la sospecha. Ya no sé si se trata sólo de que lo mío es tan malo o si además me están vendiendo un buzón otra vez.
Mis hijos siguen siendo chicos pero si tienen un ipad o cualquier tipo de pantalla los pierdo en segundos. Está claro que ya los estoy perdiendo. Van creciendo y yo quedo atrás. Todos tienen algo más que hacer y yo tengo que ocuparme de las cosas que no me interesa. Más ropa y desorden, todas las comidas, la compra del supermercado. Y la empleada del 2016 ya caducó, hizo sus meses de ahorro desde Abril y decidió volverse a Paraguay, y yo termino cada vez más asqueada de la relación insípida y la presencia detestable. Esta empleada ni siquiera le hablaba a los niños. Me dijo antes de irse ¨es que no hacen caso¨.  El odio me crece, me he vuelto una mala persona, tengo que meter gente extraña en mi casa y ya no las soporto más pero desaparecen tres o cuatro días y la mugre en el hogar da vergüenza , y yo no tomé nada, ni una copa de vino ni un rivotril pero sigo tirando cosas y podría seguir porque también la relación con mi marido da signos de cansancio pero no hay otro camino para andar más que seguir juntos, compañeros en la adversidad de bancarnos las diferencias, y yo otra vez colgada con situaciones que no puedo resolver y que él decide que no son importantes porque tiene otras cosas que hacer. Y así estamos, podría ser un buen momento para irme a la cama. Se supone que empecé a hacer meditación y que eso me va a ayudar a ver pasar las emociones, no tomarme los pensamientos tan en serio. No parece por todo lo que estoy escribiendo. La cosa es aceptar y no juzgar. No sé si haré rendir la plata que pagué por el curso, quizás en un par de años lo haya logrado. Ahí una vez más la fuga hacia adelante, y con eso puedo cerrar por hoy con la comprobación de que la empleada me robó dos USB antes de irse, con muchos datos valiosos y fotos, quizás algunas irremplazables. Y me pregunto qué tramoya le habrá propuesto el novio para ver si pueden sacarnos algo de plata y mi nivel de paranoia se está poniendo bravo, y supongo que debería insistir más con la meditación pero si esta hija de puta inventa algo y tengo razón, qué negro se ve todo a veces